¡CORDIAL
SALUDO…!
BIENVENIDOS AL SEGUNDO FORO
VIRTUAL DEL PROYECTO CONSTRUCCIÓN Y AJUSTE DE 39 PLANES EDUCATIVOS MUNICIPALES
Para
COOADNEA es un gusto ofrecer a todos los participantes la más cálida bienvenida
al foro virtual: La Ética del Servidor Público. En él abordaremos un tema pertinente que supone
entrar en el debate contemporáneo que pone en juego visiones transformadoras
del conocimiento, las que pretenden ir más allá del discurso clásico de la modernidad
sobre lo ético.
La
construcción y ajuste de los Planes Educativos Municipales es un proceso
técnico, pero también un escenario político con implicaciones éticas para los
miembros de los Comités Técnicos Municipales en los cuales juegan un rol muy
importante, los administradores municipales de la educación, llámense Alcaldes,
Secretarios de educación, Educadores, Directivos docentes, Administradores del
SIMAT, Secretarios de Planeación, de Hacienda, entre otros.
Con
la puesta en escena de este Foro, se quiere reconocer el aporte que cada uno de los actores municipales hace al
proceso de construcción y ajuste del P.E.M. invitándolos a reflexionar acerca
del compromiso ético que han asumido frente a la dignidad del ser humano, su
realización y bienestar.
En
consecuencia, invitamos a todos nuestros lectores a participar por escrito en
el desarrollo del Foro, anotando reflexiones, propuestas, inquietudes,
consensos, disensos y preguntas frente al texto, de manera que la temática
planteada se convierta en un pretexto para fortalecer nuestra propia formación,
y para movilizar las mejores decisiones y actuaciones en los escenarios
públicos municipales y demás espacios donde interactúan actores sociales
comprometidos con el Plan Educativo Municipal.
Recuerde
que sus intervenciones en el Foro quedarán registradas como evidencia de su
interés y compromiso en el proceso planificador de la educación en su
municipio.
Para
participar en el blog con tus aportes, haz clic sobre el hipervínculo, de color
azul, ubicado en la parte superior izquierda de la página principal del Blog: http://groups.google.com/group/municipios-asistidos
Objetivos
Esencial
Generar un espacio de reflexión
ética entre los actores sociales responsables del proceso de construcción y
ajuste del Plan Educativo Municipal, fortaleciendo su compromiso para la
continuidad del proceso en los municipios.
EJERCICIO DIAGNÓSTICO
|
Bienvenidos (as). Al Foro: La Ética Del Servidor Público. Como ejercicio inicial es pertinente que desarrolles conforme a sus
conocimientos previos, las siguientes preguntas entrando en discusión con sus
compañeros de debate:
1.
¿Qué se entiende
por Ética Del Servidor Público?
2.
¿Qué
significa en este contexto el
concepto de “Responsabilidad Social”?
3.
¿Cuál es la
importancia que debe tener el servidor público éticamente?
Para iluminar la discusión se
propone el texto que se publica a continuación:
LA ÉTICA DEL SERVIDOR PÚBLICO
Por: Santiago Vallejo Villa.
Según lo declara la Constitución Política Colombiana de 1991 en su
artículo 123 los servidores públicos son “los miembros de las corporaciones
públicas, los empleados y trabajadores del Estado y de sus entidades
descentralizadas territorialmente y por servicios”, a su vez también declara lo
siguiente “están al servicio del Estado y de la comunidad”. Bajo esta
perspectiva, el servidor público debe poseer un carácter moral que lo invite a
laborar con rectitud, con ética, con una responsabilidad de acogida hacia los
otros, partiendo del don de servicio que debe ser característico de cualquier
empleado público de la ciudad y del país.
De esta manera, es perentorio reconocer que se debe adquirir un
compromiso con la labor que se esté realizando, partiendo de la completa
autonomía y transparencia que debe existir al desempeñar un trabajo que
implique un acercamiento con los estamentos del Estado, y consiguientemente con
la ciudadanía. Por tanto, debe realizar una actividad que dignifique su
desempeño como empleado público, en contraposición con los intereses
particulares que se puedan presentar, porque su contexto de acción se debe
hacia los otros, su servicio es por y para los otros, lo que genera
evidentemente un bienestar común y lo aleja de las pretensiones corruptas que
permean a las instituciones del Estado día a día.
Dichos servidores públicos, que están abocados en el ejercicio de lo que
implica la educación y la enseñanza, deben poseer unos principios que jueguen
un papel trascendental en aquellos ciudadanos que se forman para ser miembros
activos de una comunidad; por ello es de vital importancia apelar al
equilibrio, a la objetividad y la subjetividad, al diálogo con sentido, al
actuar correctamente como principio de responsabilidad para con los otros,
aquellos que se educan y son educados, aquellos que muy pronto harán parte de
un cúmulo Social que quiere personas éticas y cumplidoras de su deber, en pro
del mejoramiento de la sociedad a través del reconocimiento de la diversidad de
pensamiento y acción desde la propia autonomía.
También se ha de recordar que los valores de la equidad y la justicia
están encarnados en el empleado público, por cuanto estos valores hacen de
cualquier ser humano un ser incluyente, independientemente de su raza, sus
creencias, costumbres y expresiones culturales. Estamos en un tiempo en el cual
se produce un acercamiento más vital con todo el género humano, aprendiendo y
compartiendo lo que cada uno posee, respetando sus formas de concebir y
contemplar el mundo y la vida misma, lo que conlleva efectivamente a escuchar y
entender al otro.
Buena parte de lo anteriormente dicho, se puede plantear como una
posibilidad de emprender un camino ético partiendo de la responsabilidad, la
acogida y la hospitalidad para con el otro, tal como lo afirman los pedagogos y
filósofos españoles Joan Carles Mélich y Fernando Bárcena “Me hago cargo del
otro cuando lo acojo en mí, cuando le presto atención, cuando doy relevancia
suficiente al otro”[1]. Esto quiere
decir que se va gestando un principio de alteridad, en tanto cada uno como
individuo se va reconociendo en el otro y va reconociéndose a sí mismo en su
deber ser en el mundo.
El ser humano que está frente a nuestros ojos es nuestra gran apuesta,
es aquel por quien nuestra vocación de servicio debe justificarse por medio de
un juicio coherente y de una responsabilidad que no se puede abandonar en
ningún momento. La honestidad, el compromiso, la lealtad para consigo mismo y
para los otros deben ser los estandartes que se mantengan más firmes a pesar
del tiempo y las circunstancias, a pesar de los intereses de unos y otros que
nunca han buscado el beneficio para la comunidad, para la sociedad, para el
pueblo. Al mismo tiempo, es la hospitalidad del servidor público la que debe
aparecer para promover una situación de bienestar y comunión entre los
ciudadanos y los estamentos del Estado
Los modos de relación entre los ciudadanos y los servidores públicos
deben estar centrados en un reconocimiento de la humanidad de cada uno, no en
el hecho de una relación en términos contractuales o de mera prestación de un
servicio, porque se perdería esa confianza que se debe crear. El servidor
público no debe ver al otro como a un extraño sino como a alguien que establece
una igualdad de condiciones en un contexto social, bajo una conjunción de
responsabilidades recíprocas, de cuidado mutuo donde la tolerancia se convierta
en un punto de sostenimiento importante en el espacio de acogida que emerja
entre el servidor público y sus semejantes, para crear una identidad propia en
cada empleado que vele por los intereses colectivos y del Estado.
Un servidor público como miembro activo de una sociedad, y a su vez,
como ciudadano debe abogar por la construcción de una sociedad y una ciudad
basada en estos principios y valores mencionados, como reflejo íntimo de una
ética del cuidado del otro y del cuidado de sí, bajo la égida de la
responsabilidad y la rectitud que deben ser parte de su quehacer cotidiano para
la educación y la formación de unos seres humanos más capacitados y
comprometidos con su realidad. Es a partir del otro donde cada uno encuentra
una nueva manera de pensarse y la forma en la cual puede replantearse
nuevamente si vive de acuerdo a una ética profesional, que lo haga actuar y
accionar con autonomía y pueda de una vez por todas servirle públicamente a la
humanidad, de manera generosa, amable, gentil y cordial.
BIBLIOGRAFÍA
MÉLICH,
Joan Carles, BÁRCENA, Fernando. La educación como acontecimiento ético.
Natalidad, narración y hospitalidad. Ed. Paidós. Barcelona. 2005.
[1] MÉLICH, Joan Carles, BÁRCENA, Fernando. La educación como
acontecimiento ético. Natalidad, narración y hospitalidad. Ed. Paidós, 2000 p.
146.
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